
Por más de cinco décadas, seis hombres se han sumergido en las playas más bravas del sur chico para sacar adelante a sus familias, luchar por los derechos de sus colegas en el distrito de Punta Negra y mantener una amistad inquebrantable, que mantienen desde que unieron sus redes y cañas en los ancestrales riscos de la Playa Pocitas.